tag:blogger.com,1999:blog-2933319617308030222.post1736712545504192237..comments2024-02-18T09:37:39.454+01:00Comments on La raza de Caín: Alimento viral (II)Javierhttp://www.blogger.com/profile/15220878321131486912noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-2933319617308030222.post-33192696518278772182013-06-14T18:18:37.450+02:002013-06-14T18:18:37.450+02:00No puede uno, Juan, estar en todo; o a veces no qu...No puede uno, Juan, estar en todo; o a veces no quiere, que también es el caso. Me salió un pegote tan inabarcable que tuve que repartirlo en tres trozos (el último ya está al caer), y eso incluso <i>censurando</i> inestimables partes. De ahí que, entre otras cosas, haya preferido no incluir la responsabilidad paterna en este asunto, como sabiamente apuntas (por otra parte, me interesa más el mensaje implícito en el artículo que algunos detalles de los que desgraciadamente prescindo). Pero es que los padres son una de las claves angulares de nuestra sociedad, estructurada como está en núcleos familiares reducidos, y no solamente de la alimentación, sino de la educación (cuando menos en su sentido gregario, es decir, como conjunto de pautas correctas de conducta social), de los valores comúnmente admitidos como válidos, de la responsabilidad -eso que ahora no parece tener nadie- en todos los órdenes-, y, en fin, de cuantos asuntos no debieran delegar tan alegremente en otros, sean estos el Estado, los abuelos, el ayuntamiento del pueblo o la ong de la esquina.<br /><br />Por supuesto tienes razón en tu apunte sobre la dualidad calidad/precio, porque nosotros mismos (mi sufridora y paciente esposa y este que lo cuenta), dedicamos mensualmente parte magra a la alimentación, y no precisamente para ahorrar, sino porque no se necesita mucho más para estar correctamente nutrido (aparte está, claro, el presupuesto destinado a las facturas que inmisericorde y obstinadamente el banco se obstina en reclamar cada primeros de mes, aunque creo que de todas formas no necesitaríamos dedicar una mayor partida a la alimentación, salvo eventuales caprichos de gourmet).<br /><br />En todo caso, Juan, a ver si remato con éxito esta trilogía alimentaria. ¡Ah!, y ojo con una excesiva ingesta de frutas, porque, siendo sanas como son, en demasía contribuyen a la obesidad, la hipertensión y otras patologías; además, como sabrás, no todos los tipos de azúcar que contienen son <i>sanos</i>: atención especial a los índices de fructosa de cada tipo de fruta. Y cuidado también con las zanahorias, porque no somos conejos, y comerlas crudas con asiduidad también aporta a nuestro organismo un exceso azúcares, fructosa, sacarosa y glucosa (que conste que no es mi intención chafarte la dieta).<br /><br />Un abrazoJavierhttps://www.blogger.com/profile/15220878321131486912noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2933319617308030222.post-38227624531226125532013-06-14T17:24:54.286+02:002013-06-14T17:24:54.286+02:00Curiosamente, tiene más que ver en esa epidemia de...Curiosamente, tiene más que ver en esa epidemia de obesidad la bebida que la comida. Las bebidad carbonatadas y azucaradas hasta el delirio son las responsables directas de un incremento notabilísimo del número de diabéticos. En Méjico, al parecer, dada la mala calidad del agua doméstica, apenas beben sino refrescos, con lo que ello implica. A un conocido, que bebía 5 latas de Coca-Cola al día, y que llevaba un desorden notable de comidas, por mor del trabajo -se dedica al mantenimiento en edificios públicos-acaban de dignosticarle la diabetes con la que ha de convivir ya de por vida. <br />Estoy de acuerdo, Javier, con el análisis que haces, pero dejas de lado la responsabilidades paternas a la hora de introducir a los hijos todo tipo de alimentos y, sobre todo, el consumo indispensable de frutas y verduras. Mi hermano mayor siempre me repetía, admirado, que había conseguido con mis hijos algo que él nunca logró con los suyos: que comieran pescado. He de decir, no obstante, que yo cerré el paso, desde muy pronto, a dos enemigos nº 1 de la dieta saludable: las patatas fritas de bolsa y los refrescos como la Coca-Cola y similares. Fruta -y es una ruina económica- siempre hay en casa. Y otros tres alimentos sin los que la familia entera no sabría vivir: las zanahorias, la lechuga y el arroz. Las verdura y hortalizas son de consumo diario, y las lentejas, calientes en su época y frías ahora con tomate y mayonesa, son también productos habituales. No quiero echar sobre los padres toda la responsabilidad de las inclinaciones dietéticas de sus hijos, pero convendrás conmigo, Javier, en que tenemos bastante. Por otro lado, no necesariamente comer bien , esto es, nutrirse adecuadamente, significa comer caro, y no insisto porque no solo es obvio, sino poque, al parecer, hay no pocos programas televisivos de cocineros que explotan esa vertiente de la calidad a buen precio.Juan Pozhttps://www.blogger.com/profile/17503156474886831961noreply@blogger.com