Se derrama
el mar
la sangre
hace su recorrido
en los
ojos.
Como lava,
golpea
sus
paredes.
Arden
mientras
el mar crece
lapidando
montañas.
Saltan en
pedazos los acantilados.
Se derrama
oscuro el mar...
Las aves
suspendidas
en su
vuelo, planean...
cansadas
por su furia
de volar
con húmedas alas,
caían
y el mar
que
en sus
olas
no quiso
ahogarlas.
Se hizo al
viento,
abandonó
las playas;
en su
rumor acarició
un lamento
y a tiempo
se
desterró.
Se llevó
cadáveres;
se llevó
en sus olas
la muerte
pero no a
sus amadas aves.
Por sus
gestos desmayados
sacrificó
sus lágrimas,
y de sus
aguas
extendió
brazos de arena
donde
reposar pudieran
sus alas
de belleza
inmaculadas.
Y. M. S.
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Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...