viernes, 11 de septiembre de 2009

La fuerza de la sinrazón

En la consciencia interviene algún nivel de percepción, pero, en el común de las gentes, ésta es muy baja, pasiva. Carecen del impulso, del más mínimo ingrediente para contrastar sus opiniones, y esto es muy preocupante.

Analizando el grado de consciencia del hombre actual, y frente a todos los epítetos de aprobación que generosamente se dispensa, ¿interviene algún acto de percepción activa que discrimine entre su autoafirmación y la torpeza mediante la cual se manifiesta en su cotidiana realidad?

Señor de la Tierra, dueño de cuanto le rodea, no duda en obstaculizar el paso por las escaleras, en taponar las entradas de acceso a los recintos, en aparcar en doble fila, en invadir el carril contrario en las curvas, en hablar el primero y el último..., todo ello sin la menor percepción de estar haciéndolo mal.

Desafiante, estúpido e inconsciente, amenaza la convivencia infringiendo una y otra vez las normas convencionalmente constituidas, sintiéndose invulnerable amparado en sus derechos. La paz social se quiebra ante estos efectos de la hipertensión... la gente sana no se comporta desde luego como si el otro no existiera.

Si a alguien le interesa conocer el grado de permeabilidad que manifiesta ante el mundo que le rodea, que sea tan amable de contestar a las preguntas del siguiente cuestionario, teniendo en cuenta que por cada respuesta afirmativa deberá sumar un punto. Pero ¡ojo!, reflexione y hágase esta observación antes de afirmarse en sus posiciones: ¿cómo soy en realidad?


1. ¿Sabe que su mal comportamiento menoscaba el respeto y aprecio que puedan sentir por Ud., y no le importa?

2. ¿Se siente mejor cuando pasea con su perro de aspecto fiero sabiendo que infunde temor en las personas con las que se cruza?

3. ¿Disfruta haciendo pública ostentación de la autoridad que posee?

4. ¿Le da igual lo que los demás piensen, incluso cuando Ud. los molesta y provoca?

5. ¿Acelera cuando ve cruzar a los peatones por un paso de cebra con limitación de velocidad, convencido de que le han visto y alcanzarán la acera a tiempo?

6. ¿Pone la música alta porque se siente contento aunque eso impida los felices sueños de sus vecinos?

7. ¿Echa la mierda de su casa por la ventana cuando hace limpieza aunque tenga aspirador?

8. ¿Carga sobre otros sus responsabilidades, porque puede, a menudo?

9. ¿Tiene mala cara y malos pensamientos habitualmente?

10. ¿Considera que una saneada cuenta bancaria es tanto o más importante que las indispensables muestras de educación y civismo?




Si tiene de 1 a 10 puntos es Ud. un ser indeseable y mezquino, cuyos sentimientos de inferioridad, por mal que le sienten, sientan peor a los otros, y se expone a una paliza aplastante tan pronto rebase la paciencia de éstos. No se extralimite en sus derechos, aunque sólo sea por el miedo a perderlos todos de golpe. ¡Es posible, créame! Y haga caso al médico: mejore su salud con terapias más sanas y eficientes que las pastillas que eliminan sus temores, los desinhiben y los narcotizan hasta la estupidez.

Ya habrá observado que este ejercicio sólo permite dos resultados posibles, de modo que si ha obtenido 0 puntos ¡enhorabuena!, pertenece al selecto círculo de seres humanos que no deberían seguir aguantando los malos modales, la ira, el desprecio, el abuso de autoridad, la violencia y la tontería de los demás.


Todos tenemos derecho a que no nos molesten, al menos deliberadamente.


2 comentarios:

  1. Sepan Vds.(contrincantes con puntos) que he obtenido un 'cero patatero' y que me hallo entre las que están dispuestas a propinarles una aplastante paliza tan pronto me los tope ... ahora que sé, con prueba y todo, que no pertenezco a sus filas (ni siguiera un mondo y lirondo puntito). Vecinos, dejen de sacudir sus alfombras sobre mi terraza como si junto a su inmundicia pudieran deshacerse de su inferioridad, su torpeza y su mezquindad!!!

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  2. Nadie es perfecto, aunque la existencia de cada cual debería estar -en lo más profundo de nuestro ser- consagrada a rebatir esta aserción. Posiblemente haya quien piense que hay que ser radical con lo que plantea el decálogo en cuestión. Yo también, por cierto. ¿Es una contradicción con lo planteado? Evidentemente, pienso que no.

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Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...