jueves, 29 de abril de 2010

¿Dónde está el dinero?

No suelo abordar estos temas tan espinosos como prosaicos, pero le estaría enormemente agradecido a alguien que me lo pudiera explicar. Antaño los paisanos guardaban las cuatro perras que tenían en un calcetín, o debajo del colchón de lana del lecho conyugal. ¿Y ahora? ¿Dónde estará la pasta?

Si los bancos, pobres, están descapitalizados y las multinacionales tienen que hacer despidos masivos y cerrar y deslocalizar factorías a manos llenas, y las demás empresas hacen ERES y otras cosas por falta de liquidez, e incluso los estados las pasan canutas –estoy cansado de decir que los países de este planeta Tierra, incluidos los más grandes, son meros gestores cuando no títeres, porque el guiso real se cuece en otros fogones–, y no digamos los pobrecillos ciudadanos de infantería y caballería, entonces, pues eso, que por dónde andarán los euros, dólares y yenes que en el mundo son.

Porque, a ver, que se sepa no ha habido grandes hogueras celebrando el solsticio de verano a costa de montañas de billetes. Tampoco han aparecido olvidadas en los asientos de atrás de los taxis bolsas sospechosas repletas de fajos. Y las noticias no han dicho nada sobre posibles abandonos de capital a las puertas de los conventos. ¿Pues entonces? Menudo misterio, éste. Deberían todos los gobiernos poner a sus policías de aduanas a registrar a destajo a todos los señores y señoras de aspecto hermoso que viajaran con maletas sospechosas… Es que en algún sitio debe de estar la guita. Alguien debe de tenerla, ¿no creen? ¿O se han desintegrado todos los billetes gordos y nos han dejado aquí sólo la calderilla, para ir tirando?

Menudo cuento. Lo de la crisis, digo, y lo del dinero. Una agencia de calificación de ésas dice un día que la deuda griega vale tanto como un montón de basura y van y arruinan al país entero. La misma agencia dijo que esa firma estadounidense tan famosa, de la que ahora no recuerdo el nombre y que ¿inició? la crisis esta de los huevos, era solventisísima. Y ya ven. Unos a esconder la pasta y otros a por uvas… Estas agencias funcionan mucho mejor que el mal de ojo y tal, y además me acabo de enterar de que encima las pagan, parte de sus costos por lo menos, los propios países. Cría cuervos…

Llega un señor con chistera, dice que va a llover durante una semana y todo el mundo a comprar paraguas a diestro y siniestro. Y cuando se acaban en las tiendas, la reventa, y luego el estraperlo y al final el robo. Pues eso mismo es una crisis económica, o financiera o como coño quieran llamarla. Ni más ni menos que un cuento. Se crean y se terminan según un calendario cuidadosamente preparado que sólo unos pocos conocen, muy pocos, los que de verdad mandan –me parece que no hay ningún político entre ellos.

Y todo pasa por la codicia, la ambición, la agresividad y tantas otras virtudes del entendimiento humano provocadas por el dinero. Sólo se me ocurren dos soluciones para acabar con esta pantomima de sistema: destruir al hombre o quemar todo el dinero, para que el título de esta entrada tenga sentido real. Pero, claro, ninguna de las dos opciones cuenta con suficientes adeptos. La primera porque el suicidio en masa de toda la especie humana no sería legal, y la segunda porque… en fin, me van a permitir que me lo calle.

2 comentarios:

  1. Me parecen muy extremas tus conclusiones: o destruir a la especie humana o destruir el dinero. Poco centrado. Lo cierto es que el capitalismo tiene en sus bases mucho de magia, de taumaturgia, de esoterismo... Las previsiones económicas son indiscernibles. Nadie sabe nada. El capitalismo se funda en lo peor de los impulsos humanos: la ambición, el ansia de poseer... pero funciona, al menos para algunos. Otros quedan fuera del paraguas protector y les cae todo el aguacero, la ventisca y el granizo... Pero no hay alternativa conocida. Todo lo que se ha ensayado tiene consecuencias peores (véase socialismo marxista en sus variantes históricas). La socialdemocracia intentó conciliar lo mejor de ambos modos, pero hoy está también en profunda crisis y los gobiernos fluctúan a la derecha y la extrema derecha (Espera que en España aparezca una candidatura de este tipo...)La cobertura social de nuestro modo de vida cómodo está en grave peligro. Peligra la seguridad social, las pensiones, los servicios sociales en una época de crisis capitalista. Los próximos veinte años y lo que vendrá después supondrán una regresión hacia la desprotección y aumentará el desequilibrio de los más frágiles y las clases medias caerán. Hemos vivido (nosotros) el mejor de los mundos posibles, pero tengo la impresión de que eso se está acabando. Pero no hay modelos alternativos y menos que se basen en los mejores impulsos del ser humano. No hay sistema que se base en la generosidad. Sería un desastre. El ansia de crecer y de enriquecerse es buena. La resignación y el conformismo (o el fatalismo) llevan a sociedades dominadas por la apatía y el subdesarrollo. El problema es que nuestro modelo "progresista" consume los recursos del mundo sin posible recambio y sume a buena parte de la humanidad en la pobreza. Pero nadie deja su situación de preeminencia por las buenas. El futuro es incierto para todos, para los que hemos estado bien y para los que ya están peor. Nuestros hijos lo pasarán mal. Pero peor estarán los que viven en otras latitudes que intentarán llegar aquí, pero la balsa no puede soportar a tantos. Ergo...

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  2. Tienes razón, Joselu: mis planteamientos son extremos, más diría, radicales, y ando poco centrado. Lo malo en mi caso es que no es de ahora. He crecido y vivido en este nuestro mejor mundo, al abrigo de las calamidades, incluso en mi condición de clase obrera, que no media (me resisto a ser incluido en las medio, mesocracias). Y siempre, desde que recuerdo, han sido mis ideas de este tenor. Lo más suave que me han llamado a lo largo de mi vida es "raro".

    Pero es como pienso. Toda la reflexión que realizas es compartida por mí, salvo un pequeño detalle: que sí hay solución. Hay modelo alternativo, por más que parezca extremo, pero hace falta valor y verdadero altruísmo para aplicarlo, y eso sí que falta en nuestro modelo social amparado, como dices, por el capitalismo. No considero, además, que tenga nada de mágico y sí mucho de superstición (de religión mistérica, en suma) al ofrecer a todos sus fieles la esperanza de enriquecerse y salir de las miserias del propio sistema, "todo es posible en América".

    Planteas la imposibilidad de una alternativa mejor, pero eso sucede sólo porque, en el fondo, todos estamos muy a gusto en este primer mundo capitalconsumista, aunque sea en las listas del paro. Porque todos abrigamos la esperanza de que nos tocará, tarde o temprano, la puta lotería...

    Pero, en definitiva, sé y sabes que tienes razón y que mis planteamientos son, como poco, descentrados y alejados de la realidad. Pero me plugue escribirlos, me gusta vivir dentro de mi imaginación...

    Un fuerte abrazo.

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Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...