miércoles, 12 de mayo de 2010

El camión de la basura

Se veía venir. Con tirón de orejas y todo. Pero no se preocupen demasiado, que España no es Grecia. Quiere esto decir que somos un país solvente, que las agencias esas de calificación que mantenemos entre todos no nos han hecho rebajas en nuestra capacidad de pago, entre otras cosas porque vamos a pagar. Usted que está leyendo estas putas palabras y un servidor que tiene la desgracia de verse obligado a escribirlas. Vaya si vamos a pagar…

Pero no pasa nada, porque España no es Grecia. Ya lo creo que no. Aquí no habrá cuatro huelgas masivas en un par de meses, ni se echará la gente al monte, ni a la calle, ni habrá incendios, saqueos o disturbios serios… ni siquiera muertos, porque ya lo estamos. Civilizados, obedientes –¿creían que no?–, pero muertos al fin y al cabo. ¿Por qué digo esto? Resulta que en biología un principio básico de la vida es la sangre, que además tiene que fluir para que no se coagule, y de eso ya no queda en este país.

Lo que más duele es que sea un supuesto gobierno socialdemócrata, progresista y eso, el que tome estas medidas restrictivas de la libertad. Porque, aunque me resulte aberrante, lo cierto es que nos movemos por dinero. Con él somos más libres, sin él poco menos que esclavos del capital. Por él hacemos cualquier cosa, incluso trabajar. Por conseguirlo y poder engrosar la nómina de los ciudadanos de provecho estamos dispuestos a vendernos, qué más da, llámenlo como quieran… pero al final es dinero. Sólo dinero, pero dinero.

La tijera se está afilando, más tornándose navaja barbera de la yugular que otra cosa. Lo decían hoy los políticos de mentira que tenemos, sacando pecho, que se iban a bajar el sueldo. Buen remedio y mejor consuelo para los millones de seres ¿inocentes? que verán menguadas sus nóminas y pensiones, que al final siempre pagan los mismos, los que tienen y pueden, que diría un capitalista. Y la patronal frotándose las manos, porque ya era hora, la aplicación del despido cuasilibre se ha cocido. Los sindicatos amenzando, enseñando los dientes… banalidades. Al final aplausos en los tendidos, muy bien, Sr. Presidente, palmadas en la espalda de los hombres de oscuro con chistera…

Paralización de la inversión en infraestructuras, irretroactividad de las ayudas a la dependencia, congelación de las pensiones, bajada de los salarios de los funcionarios, bajada de pantalones, traseros al aire sin atreverse a ventosear… Y los Bigotes, Camps, Bárcenas, Matas, prevaricadores, cohechadores y demás que en España son, de vacaciones, haciéndose fotos, ladrando su inocencia mientras alargan sobres a jueces y fiscales –creo que con las fianzas millonarias que les han impuesto y que les han terminado de arruinar la vida, no sean mal pensados– y preparan su defensa con los mejores bufetes de dentro y fuera del país.

Pero España no es Grecia, y por eso no necesitamos la ayuda del FMI ni de la UE, porque nosotros solitos, rascándonos el bolsillo, sabremos salir adelante, como siempre, sin ayuda, si acaso oliendo un poco peor, ya saben, por lo del ahorro de agua y la basura.

4 comentarios:

  1. La prudencia debería aconsejarme opinar sobre las medidas del Gobierno una vez transcurrido un cierto tiempo. En un primer momento, nos resultan -desagradablemente- espectaculares. No me pronunciaré sobre sus resultados, los cuales no dudo serán bien respaldados por la sociedad si las cifras MACROECONÓMICAS mejoran a medio plazo. Iré en otra dirección: Veamos el ahorro en el sector público. Cualquiera que haya hablado con algún trabajador del sector privado se dará cuenta de que, desde tiempo inmemorial, los "privados" desean ardientemente una rebaja en el sueldo de los “vagos” funcionarios. Ya estarán contentos, imagino. Yo mismo, funcionario, soy muy crítico con mi "empresa". Ahora que se avecinan no solo recortes en los salarios, sino, lo que me parece más importante, restricciones casi absolutas al aumento de personal en las Administraciones, me pregunto: si todo va a seguir funcionando más o menos regular (o sea, como hasta ahora: más o menos), ¿por qué se seguían convocando oposiciones? Cierto es que el ritmo se había ralentizado, pero no menos cierto es que, si no es a causa de esta "crisis", no se hubiera dado esta casi segura PARALIZACIÓN en la contratación de personal público. Claro, a todos nos parecían bien estas convocatorias: se daba más trabajo a la gente (y, además, de “calidad”, fijo y sin tener que aguantar a un jefe explotador). ¿Pero por qué no se acomete una reestructuración de las funciones y deberes de los servicios públicos? ¿Quién puede entender, p. ej., que el INEM (o sus transformaciones autonómicas) se dedique a tomar nota continuamente de qué saben hacer los parados, absorbiendo una gran parte del tiempo de sus funcionarios en estos temas, pero luego sea casi totalmente inútil a la hora de encontrar trabajo a estos demandantes de empleo? ¿Hay que aparentar que se hacen cosas aunque en realidad no se haga casi nada? Siempre pensé que los datos, estadísticas, etc. eran valiosos en tanto en cuanto SIRVIERAN PARA FINES PRÁCTICOS ¿Por qué las inspecciones de la Enseñanza –aquí alguno de los que escriben en este blog me podrían informar al respecto- no entran en profundidad a arreglar muchos de los entuertos que se dan en este sector? ¿Por qué los alumnos tienen que aguantar a profesores de un nivel ínfimo, cayendo la mayoría de las denuncias en saco roto o zanjándose con una serie de actuaciones meramente “formales” (si hay que aplicar sanciones ejemplares, se debería hacer ¿o no?)? Vamos, que, por no seguir, con más ejemplos, o sobran funcionarios en el INEM y en la Enseñanza o la Administración Pública no funciona como debiera (o las dos cosas, que es lo que yo tiendo a pensar, sin atreverme a dar una opinión tajante al respecto). Por supuesto que “los privados” no se libran de, en muchos casos, de la crítica más atroz: ¿Quién no ha ido a un banco, a una tienda, etc. y ha salido diciendo “parece que les hago un favor viniendo a solicitar sus servicios, quién diría que quieren vender algo, etc.”. Volviendo al tema INEM, si fuera imposible (que es mucho imaginar) lograr que las empresas contrataran a través de este organismo, ¿por qué no se deriva a estos funcionarios, p. ej., a la Administración de Justicia, donde da la sensación de que los expedientes se amontonan sin cesar, creándose un tapón y retraso INCREÍBLE en su funcionamiento? A lo que iba, estas medidas van a lo fácil: ahorrar dinero, pero todo lo público seguirá funcionando igual que antes, aunque ahora con menos recursos económicos en manos de la gente y más parados. ¿Cómo se creará empleo ÚTIL con esta ristra de medidas, señor Presidente? ¿Cómo mejorará el funcionamiento de los servicios públicos y privados (que también hay que apuntar a estos, o es que “no son de Dios”, como decía mi abuela)? ¿Cómo se logrará que los bancos empiecen a dar crédito? ¿Cuándo perseguiremos de verdad el fraude fiscal? ¿Cuándo sancionaremos duramente a las empresas que dan empleos a cuentagotas, de mala calidad, y encima recogen subvenciones a tutiplén? Todo ello lo veremos los próximos meses.

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  2. Aunque te anima una loable causa, Requejo, tengo para mí que tu última y categórica afirmación se diluirá en la nada a la que tan acostumbrados estamos. NO veremos nada en los próximos meses. Tan sólo lo que hayamos visto hasta ahora: NADA. Todo seguirá igual porque a todos interesa que así sea. El funcionario que verá recortado su sueldo, a callar, no sea que empeore la cosa. El no funcionario se alegrará de que por fin les metan mano, como si fuera una victoria largo tiempo esperada. Los pensionistas se pondrán la dentadura de los domingos y seguirán con sus partidas de parchís, que harto mal lo pasaron ya en la guerra y sus secuelas. Los sindicatos no parece que estén, gracias a su sentido de la responsabilidad, por la huelga masivo-salvaje y general. Los políticos de variado pelo a lo que les interesa, es decir, a seguir comiendo la sopa boba. Y así todos.

    Estuve tentado de dejar el artículo para hoy y así poderlo comenzar de la siguiente manera: "Esta mañana me he despertado con un nudo en el estómago, pensando que algo sucedía, como en esa película de miedo... Amanecer de los muertos, donde un buen día te levantas y todo a tu alrededor se ha desmoronado, de pronto. Pero, más adentro, sabía que no iba a pasar nada. Que todo continúa igual porque, en el fondo, a nadie le interesa que nada cambie...". Y ya ves, en efecto todo sigue igual. La verdadera noticia del desayuno, la comida y la cena es la puta victoria del Atleti (con todos mis respetos, pero cada vez menos, para los futboleros), que es lo que de verdad interesa... Ya ves, como siempre.

    Un abrazo.

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  3. Pintan bastos, pero también es una época de oportunidades, no lo olvidemos. Quien tenga ideas crecerá. Hay que estrujarse el cerebro y pensar por dónde irá el mundo en los próximos años de incertidumbre. Saludos.

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  4. Las ideas, Joselu, ya no están en el espacio platónico. Quien las tiene, si son buenas, se ve obligado a venderlas a los depredadores de las finanzas, que las convierten inmediatamente en dinero... Las cabezas ya están muy centrifugadas, y aun así, estoy convencido de que otro mundo es posible, si queremos. Pero hay que desearlo de verdad.

    Un abrazo.

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Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...