sábado, 15 de enero de 2011

Lo que el informe PISA no dice

No voy a entrar en debates internos sobre el dichoso Informe, informe que, por si no lo saben, es encargado por los propios Estados de la OCDE y sus instituciones educativas. No me interesa ahora saber si los de Castilla y León son más competentes que la media del mundo mundial en las tres áreas que abarca, es decir, matemáticas, lectura y ciencias, tal y como recogen los resultados del Informe –Castilla y León, qué risa, puedo dar fe, tras mi recorrido docente por la región, de ello–, además, no se dejen deslumbrar por cantos de cisne: sólo son estadísticas, y muy justitas. Y, por supuesto, no es lo mismo que sus resultados los valoren unos que otros  u otros, o que otros más  y más  y más  y más  y… para qué seguir. El problema de fondo es otro. No tanto el del llamado fracaso escolar, de todos ¿conocido?, cuanto la doble moral de quienes realizan el análisis, que a la postre son los propios consumidores finalistas del mismo. Es algo así como si nos hiciéramos un chequeo general pero sin ir realmente al médico.

Abordemos, pues, el asunto no desde ese resultado tan deprimente incluso para los más optimistas, que viene a decir que cerca de un 30 % de nuestros escolares de 15 años no comprende lo que lee ni tiene recursos (¿capacidades?) para hacer una redacción sencilla ni es capaz de un razonamiento lógico-matemático mínimamente solvente. No. Ahora lo que me interesa es la argumentación fraudulenta del propio proceso de elaboración del Informe, que da pie a la estadística aireada pero que silencia los resultados objetivos que pueden desprenderse de un enfoque más pormenorizado del propio Informe, lo que llamé la doble moral.

Por un lado nos alertan, a las sociedades implicadas, sobre la escasez de solvencia de los sistemas educativos de algunos países desarrollados, pareciendo, al mismo tiempo, que los demás países objeto de estudio son maravillosos en el terreno educativo. Nada más incierto, porque la horquilla en que se mueven unos y otros es realmente mala, sólo que algunos sobrepasan ligeramente el listón de corte. Pero el tal Informe no puede ser otra cosa que un análisis parco, sesgado y tendencioso de la realidad educativa de todos esos países, pues solamente analiza un universo reducido, el formado por los estudiantes de secundaria de 15 años, y únicamente en las tres áreas de conocimiento ya señaladas. Se prescinde, pues, del resto de materias y de la totalidad de los alumnos, sin que podamos realizar las debidas comparaciones, siquiera de modo somero. De todas formas, el resultado, en caso de hacerse según planteo, no solo no mejoraría las estadísticas sino que empobrecería terriblemente el ya lúgubre panorama. Y no digo nada si además incluyéramos al segmento universitario…

Por otro lado, aun señalando estas diferencias entre países, mejor dicho, entre estudiantes de diversos países, nada dicen sobre las medidas que deban ser tomadas, dejando en manos de cada Estado la posible solución al problema. Pero, ¿cuál es el problema? ¿Qué Pepito, Pedrito y Juanito son tontos del culo porque no saben hacer una suma en condiciones ni con calculadora? Pero es que eso, señores, ha pasado siempre, con Informe Pisa y OCDE por medio y también sin ellos. ¿Qué un 30 % de los alumnos de Secundaria no consiguen titularse? ¿Y qué? ¿Acaso el abandono/fracaso escolar lo han inventado de repente? Toda la vida, aquí y ahora y en la Roma antigua, ha habido buenos y malos alumnos, mejores y peores docentes, sistemas educativos de calidad y otros sin ella.

El problema real es otro, quizá dual. Por una parte la competitividad, esa odiosa palabra, y por otra la estupidez, tan denostada ella. En un mundo rápido, sin paradas, donde estar a la última sólo significa que no se puede estar a la primera, y sólo eso, el sistema educativo, falacia tras la que se esconden los intereses del mercado, pretende unificar a la masa ciudadana e igualarla, pero por abajo, claro. En aras de esa productividad los poderes públicos, entiéndase políticos, se ponen al servicio de los poderes privados, es decir, económicos, y usando como perfecto camuflaje la democracia, se decide imponer por ley la igualdad en el conocimiento. ¡Qué barbaridad! Pero no se asusten, que sólo es por encima. En el fondo ellos saben muy bien que el triunfo está reservado a unos pocos, ya seleccionados previamente. Pero, mientras, hacen creer a todos, al menos a la mayoría, que cualquiera puede conseguir lo que se proponga, sólo es cuestión de voluntad y de estudio. ¡Ay, cansado estoy de ver universitarios cuyos conocimientos no valen el dinero que han pagado por su título!

Mi padre, que era un albañil analfabeto, no era un fracasado, él mismo no se veía así, y a nadie se le ocurría pensar tal cosa. Sólo, si acaso, en lo político, porque la dictadura abortó su desarrollo, como el de tantos. Es verdad que eran otros tiempos, y que no estudiaba quien quería, ni siquiera quien valía… Hoy, cuando todos los adolescentes deben estudiar por ley, ya que es una garantía constitucional, me parece bien, el sistema educativo fabrica fracasados, y no sólo integran este colectivo quienes abandonan los estudios, que es sobre lo que el Informe quiere hacer hincapié, sino prácticamente el total de los estudiantes. Por un lado se garantiza el derecho universal a la educación, pero por otro se rebajan tanto los niveles de conocimiento que el resultado no puede ser otro que la producción en masa de seres sumisos e ignorantes, caldo perfecto para el supercapitalismo ávido de borregos. Es la tiranía de la estupidez, siempre vigente... Mi padre, que era analfabeto, jamás fue un cretino aleccionado y manipulable. Y es que el hijo de un notario no tiene por qué serlo a su vez, como tampoco el de un mecánico está obligado a aprender a manejar la llave inglesa. Estas servidumbres gremiales que creíamos superadas retornan con más fuerza en forma de falsas expectativas para todos, pues sea uno listo o tonto, cualquiera puede llegar a ser lo que se proponga, pero, me parece, los listos lo tienen algo más fácil… Y en el fondo se trata de perpetuar lo mismo de siempre pero disfrazándolo de nuevos pellejos.

¿Fracaso escolar? Siempre lo hubo. No inventamos nada. Es más, debe haberlo, porque de otro modo no se concibe una sociedad plural, diversa y rica, en la que cada uno aporte lo mejor de sí, sea poco o mucho. Hay historias terribles de verdaderas eminencias intelectuales y culturales que han naufragado en las relaciones sociales y en la propia existencia. Por el contrario, individuos desechados por el sistema educativo han alcanzado cotas humanas e incluso profesionales inimaginables. No todos podemos ser genios, los más debemos conformarnos con hacer lo que es lícito a nuestra capacidad intelectual o manual. Está bien que se nos dé la oportunidad, es lo justo, lo democrático. Pero de ahí a tener que ser un lumbrera por obligación… Es lo que pretenden vendernos, que quien no aprende es porque no quiere. Pero quien se molesta y rasca bajo el cartón sabe que la inteligencia no se compra en ningún mercadillo. El problema de fondo es otro, es un asunto ético, de conducta y comportamiento, y no tanto de conocimientos, pero sobre esos aspectos el Informe no dice nada, y los políticos pasan de puntillas, temiendo atraer sobre sí las miradas airadas de los mercaderes si osan levantar la voz…

11 comentarios:

  1. Amigo y colega Javier,

    El análisis que haces (permíteme que te tutee, porque somos de la misma profesión) de la Educación en España me parece de lo más acertado. Las palabrtas con las que te refieres a tu padre son las que hacen digno a un hijo que valora en la vida lo que hay que valorar. Pasa igual con mi padre: yo siempre he considerado que era la persona más inteligente que he tenido enfrente, por mucho que apenas supiese leer. Estoy de acuerdo en que, en la actualidad, todo está sometido a los poderes económicos. Ya no se pretende que las Escuelas e Institutos formen personas, sino que preparen robots, para ser luego utilizados en la cadena de producción, como si de una máquina se tratase.

    Es éste el motivo por el que Las Humanidades están en decadencia, porque al Empresario le interesa más un hombre que no piense, ni razone, sino que se limite a obedecer, sin reclamar nada.

    La Enseñanza ya no es un Valor en sí misma, sino que es un medio para que el Empresario de turno te utilice, como si de una bestia se tratase. Creo que hemos perdido mucho en los últimos decenios. Antes era un honor tener buenas notas. Ahora los pocos estudiantes que lo son de verdad casi tienen que ocultarlo ante sus amigos, porque el ser buen estudiante no es entre la Juventud algo que se cotice. Podría seguir escribiendo mucho más, pero no lo creo necesario porque tú y yo estamos en la misma línea de pensamiento.

    Te envío un afectuoso abrazo solidario,

    Antonio

    PS.: Te dejo aquí, para mayor comodidad tuya, el comentario que te he escrito en mi blog, en contestación al tuyo.

    Amigo Javier,

    Me ha encantado tu comentario, que comparto al cien por cien. Sé perfectamente cuáles son las vivencias que me explicas, porque todas esas mismas las he vivido yo de cerca, y en propia carne. Los que hemos pasado por esos trances tenemos la nobleza de poder decir que lo que tenemos ahora nos lo hemos ganado con nuestro esfuerzo y nuestra Nobleza de Espíritu. Eso nos hace más grandes antes los demás.

    Yo te puedo afirmar que estoy muy orgulloso de la vida que llevaron mi padre y mi madre, y, por supuesto, también de la que he llevado y llevo yo.

    De mi infancia guardo los mejores recuerdos, porque las dificultades vividas le hacen a uno crecer en dignidad y también en Felicidad.

    Te envío un fraternal abrazo,

    Antonio

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  2. Me ha encantado el artículo.
    Saludos cordiales

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  3. Estando de acuerdo -básicamente- con lo que denuncia tu artículo, no puedo por menos que discrepar en tu ataque furibundo al Informe PISA. A César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. El Informe PISA no tiene por qué entrar en el terreno de la manipulación del intelecto al que nos tienen sometidos los poderes fácticos (¿?, una vez más). Otro asunto es que pensemos que si diéramos la talla en este informe (p. ej. si nos pusiéramos a la altura de Finlandia o Corea) todo estaría arreglado. Cosa muy distinta es, insisto, que esté de acuerdo en que los alumnos salen de las instituciones de enseñanza con un conocimiento muy limitado de la vida y con una ética absolutamente alejada de lo que yo (y probablemente tú) considero adecuado. Por otra parte, dices que tu padre no era un ser manipulable, y te creo (no tengo base para ello, evidentemente, pero te creo); sin embargo, en su época había muchísima gente manipulable y con una ética y conducta deplorables (todos los que estaban de acuerdo con la política y barbaridades cometidas por el régimen franquista, que no eran precisamente un puñado de ellos) y todos los que estuvieron de acuerdo con las barbaridades cometidas (previas y durante la Guerra Civil) por sectores de la izquierda (aquí, por supuesto, NO incluyo al gobierno republicano, sea de izquierdas o de derechas, ya que se trataba de gobiernos legítimos). No nos salgamos del tema: a lo que voy es que, como tú bien dices, estudiantes listos, tontos y mediopensionistas ha habido siempre, pero AL IGUAL que gente manipulable o con un criterio claro y con la ética en lo más alto o lo más bajo. Defiendo una idea de educación GLOBAL, que no abarque sólo conocimientos científicos, sino también ético-morales y conductuales (lástima que se vaya a eliminar, si nada lo remedia, esta Educación para la Ciudadanía recientemente implantada que, aunque su enseñanza pueda ser objeto de manipulación política -tanto por el poder como por cada uno de los enseñantes que la ponen en práctica-, no deja de ser al menos un referente de que algo existe aparte de los conocimientos de las asignaturas tradicionales). Y se debería partir de los segundos para llegar a un buen nivel en los primeros: en el apartado ético-moral, una persona que sepa discernir con criterio no materialista entre lo bueno y lo malo podrá más fácilmente decantarse por un estudio profundo (y que le interesará) de los conocimientos científico-humanísticos. Y, en el apartado conductual, no debemos olvidar tampoco que la enseñanza de cómo mejorar o generar habilidades parece algo fundamental para un desarrollo íntegro del alumno.

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  4. Apreciado Antonio, doblemente te agradezco tu comentario, y no tanto por estar de acuerdo con mis planteamientos -respecto a los que cualquiera puede legítimamente discrepar- como por la comprensión que tienes del problema, mejor dicho, del asunto. Aunque, bien mirado, realmente tenemos un problema, que no es, sin embargo, el que plantea el Informe, sino el que se deriva de la falta de un sistema de edcucación coherente con la dignidad que al ser humano se supone.

    Es decepcionante cómo se utiliza el poder para perpetuar las cadenas que el hombre arrastra desde siempre, y tanto da que sea en el seno de la dictadura más abyecta o en el confortable amparo de las democracias occidentales. Probablemente quienes tenemos la suficiente lucidez para discernir esto, y además estamos en contra de ello, no realizamos los esfuerzos necesarios para combatirlo acertadamente.

    Un abrazo.

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  5. Animal de Fondo, me alegra que la lectura de este artículo te haya proporcionado algo de satisfacción.

    Un abrazo.

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  6. Creo, Requejo, que también debo discrepar de tu opinión respecto a mi (no)interpretación del Informe, porque en ningún momento lo ataco de manera furibunda. No cabe en mí el odio, ni hacia los escritos de personas o instituciones ni hacia éstos. De todas formas, tan sólo son matices semánticos sin mayor importancia. Lo realmente importante es que, sustancialmente, compartes mis puntos de vista. No todos, ya sé, pero los principales.

    El informe PISA sólo es una puesta al día de la situación de determinado segmento de alumnos en materias muy concretas. Sólo son datos parciales. No lo ataco, pero lo descalifico por incompleto, inexacto y, además, por ser otro elemento más del sistema disuasivo del poder, y no el menor, pues si la información es en sí misma poderosísisma arma, su manipulación aún más.

    Respecto a la manipulación de los individuos, que es verdad que siempre ha existido, no tiene efecto en ningún caso con las personas éticamente íntegras, dotadas de una fuerte voluntad independientemente de sus ideas. Cada sistema político pretende atar a sus adeptos manipulando la realidad a su entorno, inventándola o retorciéndola si es preciso, siempre para presentar a los otros como enemigos. Lo malo del sistema es que es tan dual como recíproco, de modo que se entra en una dialéctica de bien/mal que cada facción reinterpreta continuamente. Jugar a esto es ser manipulable.

    Por último, no es tan importante la idea de educación que defendamos a título individual por parecernos la mejor como la propia educación en sí, que está, debería estar, por encima de nuestros gustos o intereses particulares en razón de su permanencia, vigencia y durabilidad. Pero, lamentablemente, el sistema económico impera, y dicta sus normas inexorables para protegerse. Y la mejor protección que conocen es mostrarnos el camino de la propiedad para atarnos a ella sin comprender su mecanismo, pero perpetuando nuestra conducta a través de la ignorancia y la sumisión, en las aulas y fuera de ellas, que es, cada vez más, como decir lo mismo.

    Un abrazo.

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  7. Lo que el informe Pisa no dice, evidentemente, es que la mayor mentira política de nuestra democracia es que "todos" los escolares el país tengan las mismas capacidades, y que la medida social más regresiva desde que tenemos democracia ha sido la extensión de la obligatoriedad hasta los 16 años y la unión de dos vías llamadas a colisionar y adulterar la vida académica: la FP de primer grado y la enseñanza secundaria. Y quienes han adoptado esas medidas aberrantes se han evadido del sistema demagógico que han creado. ¡Vergüenza eterna para ellos!

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  8. ¡Cuánta razón te asiste, Juan! Imposible pesarla, pero pesa, salvo para la estupidez de los bobos, los políticos y demás adláteres, quienes, en su levedad y descargo, miran para otro lado tras lanzar el petardo o, como dices, se lavan las manos, los pies y la entrepierna con cosa tan tremenda como la educación. Si al menos lo hicieran con piedra pómez...

    Un abrazo.

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  9. En ningún momento digo, amigo Javier, que tú odies el Informe PISA ni a quien lo ha redactado. Únicamente indico que las conclusiones que sacamos (o sacan) derivan de una interpretación parcial de los medios de comunicación y que culpa nuestra es si nos dejamos llevar por las noticias diarias, que van variando según el mayor o menor interés que los periodistas o empresas de comunicación de turno muestren en difundirlas. La culpa es NUESTRA, insisto; que no echemos la culpa a los demás, que ya somos mayorcitos -y tenemos los medios, no como en Ghana, por poner un ejemplo- para enterarnos -al menos, para leer, que este informe se refiere únicamente a dos o tres habilidades del intelecto de los alumnos, y no deriva a más-. Quizá sea imposible llegar a todos los entresijos de las noticias con las que se nos bombardea cada día, pero ¿qué queremos? ¿Que los periodistas hagan el trabajo que tenemos que hacer nosotros? Cada medio de comunicación nos muestra de manera somera una noticia y, si nos interesa el asunto, como es tu caso, Javier, profundizas en ello y te das cuenta de su verdadero alcance. Enhorabuena... Quizás no hagas lo mismo con todas las noticias, pero -yo, al menos- te disculpo (¡incluso me disculpo a mí mismo!): se me revela tarea imposible. Es uno de los problemas que conlleva vivir en la época actual.

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  10. Bueno, apreciado Requejo, no veo el motivo por el que debamos porfiar sobre algo en lo que, además, estamos sustancialmente de acuerdo. La culpa es nuestra, cual remembranza del flagelo catolicón de nuestra niñez, por dejarnos sodomizar continua, reiterada y repetidamente, sin siquiera oponer resistencia o decir ay. Pero, y convendrás conmigo en ello, otros no dejar de ser menos culpables, incluso lo son más, por empeñarse en darnos lo nuestro a todos, sin que se lo pidamos ni nada. En fin, habrá que tomar posiciones... ¿qué prefieres, trinchera o barricada?

    Un abrazo.

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  11. Me he perdido... Pero, respondiendo a tu última pregunta: prefiero salir a pecho descubierto, como hacía Gary Cooper

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Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...