sábado, 12 de noviembre de 2011

El genio griego

Dicen que en la Grecia antigua los genios eran divinidades diminutas, de segundo orden, que gustaban de acompañar a las personas a lo largo de su vida. Estos diosecillos tenían, a juicio de los griegos, el poder de regir el destino del individuo al que tutelaban, al cual se unían tan íntimamente que su misión principal era procurar la buena salud y larga vida del sujeto en cuestión, pues les iba en ello la propia existencia. Otra versión dice que cada persona tenía en realidad dos genios, uno que le inclinaba al bien, es decir, le obligaba a vivir, y otro que sólo buscaba su perdición, y por lo tanto su muerte, aunque hay que decir que el sentido de la muerte era en esa época distinto a la concepción actual. Todo esto, claro está, es pura mitología, que recuerda mucho a esa otra en la que ahora se miran millones de creyentes, cristianos, por ejemplo. Ya ven que no se inventa nada nuevo…

En fin, y a juzgar por lo que nos cuentan insistentemente, con mucha probabilidad para que vayamos tomando nota, deben de andar a estas alturas muy revueltos, los griegos y sus genios, habida cuenta de que se van a arrojar en brazos de Hera en masa apocalíptica, es decir, y en palabras mundanas, van a perpetrar un suicidio colectivo digno de mejor guión. Se sacrificará la ciudadanía griega para mejor y mayor gloria de Europa, se rascarán el bolsillo para entregar al Estado otrora protector los raquíticos euros con que aplacar el voraz apetito de los mercados, invisibles pero mortíferos, devoradores de países enteros, esos mercados de los que a lo mejor, querido lector, forma Ud. parte inconscientemente si tiene unos ahorrillos en bolsa y eso.

¡Pobres griegos! No les queda apenas nada de tan glorioso pasado. Sólo ruinas. Ruinas que soportan mejor el paso del tiempo que su orgullo perdido, su ambición de riqueza, su descarado y engañoso despilfarro… No les va a ir mucho mejor, en breve, a sus vecinos de la, también, antes poderosa Roma.

Tampoco parece que les vayan a dar la oportunidad a los griegos de sacar el genio, porque el fantasmagórico referendo prometido se volatilizó apenas engendrado con un simple y europeo –¿quizá sería mejor decir llanamente alemán?– tirón de orejas. Tan fácil resulta poner y quitar presidentes y ministros, como monigotes (que son). Y es que, si la consulta popular se hubiera llevado a cabo, se corría el riesgo de que los griegos, junto con sus genios, dijeran NO, cuya directa implicación habría sido una Grecia fuera del Euro y después, con mucha probabilidad, de Europa. Y eso, claro, no parece de buena y europea educación.

9 comentarios:

  1. Buen planteamiento, en el que no falta la ironía, para describir la situación de Grecia y su conflicto con Europa, la de los mercados. La idea del referéndum no sé cómo cayó entre los griegos de a pie. Me hubiera gustado saberlo, pero está claro que al núcleo duro de Europa le sentó fatal y ahí tienes a Papandreu descabezado por su propuesta. Si lo miras desde ese punto de vista es tremendo pensar la nula soberanía que tenemos los estados que nos consideramos libres. Yo desde luego tengo claro que no voy a votar. Sé que no sirve de nada, pero nada sirve de nada. Aquí no se decide nada. Si acaso las leyes sobre el tabaco, y poco más.

    Un buen artículo con una miajilla de humor, que bien se agradece.

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  2. Así es, Joselu, las decisiones ya las toman otros, de forma nada democrática, por cierto, ahora que tan de moda está. Coincido contigo y con José Hierro: Después de todo, todo es nada.

    Un abrazo.

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  3. Amigo Don Javier,

    Ya le he agradecido en mi espacio las palabras confortadoras que Vd. he enviado en un trance que sólo ocurre de cuando en cuando, sin demasiada frecuencia.

    Recuperando ahora la Normalidad, porque mi genio bueno se ha impuesto al otro, me dispongo ahora a hacer un pequeño comentario a su texto. Tiene Vd. unos conocimientos amplios y una ironía que es capaz de convertir la tragedia en comedia, o, mejor dicho, en tragicomedia. Es Vd. un hombre positivo, de estilo al mismo tiempo estoico y epicúreo, un hombre práctico, con el que es un gustazo dialogar y conversar.

    Efectivamente, los Griegos, hasta hace bien poco, tenían el orgullo de ser, junto con los Romanos, los padres de nuestra Civilización. Tenían sus dioses y genios, que satisfacían todas sus necesidades. Adoraban cada uno al dios o la diosa de su preferencia, porque los había y las había para todos los gustos. Ahora, al contrario, se han convertido en esclavos y víctimas del Sistema, el sistema del Euro, y del Capitalismo que devora a Europa, que la tiene sometida, como si de un ídolo se tratase, al que habría que derribar. Ya el centro de atención no es el hombre socrático, el que se preocupa fundamente del hombre, sino la fortaleza del nuevo dios, el Euro, que lo único que hace es convertir en esclavos a todos, a todos los que no somos potentados ni terratenientes. Ya no están vigentes los Principios del Humanismo en su mejor sentido: lo que ahora está en los altares es el Capital, el nuevo dios, monstruo que acabará por devorarnos a todos, comenzando por el corazón mismo de nuestros orígenes, que es Grecia y Roma.

    No soy entendido en Economía, como lo es Vd., amigo Javier, pero me temo que el nuevo dios que nos están imponiendo no trae consigo vientos benévolos, sino todo lo contrario.

    Es como si los que ahora nos mal dirigen estuvieran destrozando y destruyendo toda la herencia milenaria que tenemos. Es como si los malos espíritus se estuvieran apoderando de nosotros. Ahora a la Dictadura del Euro la llaman Democracia, Prima de riesgo y no sé qué más. Todo esto, como bien dice Vd. con otras palabras, no me gusta, me huele a podrido, y me preocupa. Pronto me temo que nos llegará a nosotros también.

    ¡Ojalá los genios buenos pudiesen triunfar sobre los genios nefastos y malévolos! Pero me temo que eso va a ser un poco difícil.

    Amigo mío, Profesor Don Javier, que pase Vd. un buen día y que la Realidad le sonría por todos los lados.

    Le envío un abrazo.

    Antonio

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  4. Los dioses actuales nada tienen que ver con los que tu dices, supongo, que no soy nada entendida de esas cosas. Pero ahora ya no hay valores, solo existe el dios dinero y el dios poder. Por otra parte la soberanía del pueblo no es más que paparruchas. Ya hace tiempo que todos sopechábamos que nos controlaban y dirigían como a marionetas. Ahora no sólo lo hacen con los ciudadanos sino que no tienen el más mínimo reparo de hacerlo con los estados. Si el referéndum griego los hubiera sacado del euro, no solo lo habría hecho con un país, porque supongo que detrás irían (iríamos?) unos cuantos más. Y eso la centralista Europa con el eje germano-francés no lo puede tolerar. Está claro.
    El futuro para los pobres y menesterosos que somos la mayoría está muy chungo...

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  5. Al margen de la piedad, también debería haber espacio para los datos, entre los que uno muy significativo es el del nivel de fraude fiscal de esos mismos griegos: allí no paga impuestos ni uno de sus dioses, y ellos no van a ser menos. La fantasía contable de sus cuentas públicas no son sino un reflejo de la cudadanía. Nadie paga el IVA, todo el mundo defrauda al fisco, y, al estilo de Italia, se aspira a vivir, vía prejubilación, del estado... Hemos de ser justos en el análisis de lo real, lo que está ahí, con cifras y apellidos. No sé qué hubiera votado el pueblo griego en ese referéndum de quita y pon, pero si hubiera decidido salir del euro, la caída general en la miseria, sobre todo de los de siempre, hubiera sido, ella sí, mas épica que la propia Iliada. Sé que los pícaros se llevan todas nuestras simpatías, pero cuando también se llevan nuestra cartera la cosa cambia, la verdad...

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  6. Gracias una vez más, Antonio, por tan benévolas palabras hacia mí, inmerecidas sin duda. Soplan malos vientos para la vieja Europa... No es que en otras épocas la brisa nos meciera, pero ahora siento que se rompen anclajes poco reforzados en los últimos tiempos, en los que ha prevalecido, por encima de conceptos como la amistad, la justicia o la igualdad, la ambición desmedida de unos pocos que, sin quizá comprenderlo, han liberado al monstruo de la codicia.

    Palabras grandilocuentes para definir tan magro sentimiento, pero, a los que en nada creemos, no nos queda ese consuelo. Agradezco siempre su presencia.

    Un abrazo.

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  7. No desesperes, Oki, porque con o sin referéndum griego, puede que aún vayamos de cabeza detrás de ellos, aunque a lo mejor por medio se mete Italia, otro Estado religioso-mafioso. Si analizamos el mapa de las desigualdades entre los pares, es decir, de los pobres que en Europa somos, puede que la distribución periférica y centrífuga de los países más afectados nos sirva de referencia para establecer la verdadera magnitud del asunto y la categoría y catadura de quienes estamos a un lado o a otro de esa línea cada vez menos imaginaria.

    Un abrazo.

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  8. Entiendo poco de conceptos y teorías, Juan, pero aún menos de cifras y estadísticas. Aun así, siempre procuro esforzarme por ver tras esos datos ambiguos qué puede haber de cierto, porque incluso los fríos dígitos pueden a menudo arder, y la objetiva exactitud de la estadística falsear la realidad misma, ya sabes lo de la renta per cápita, lo del medio pollo que no me comí...

    Pero es verdad que en algunas partes viven de miedo a cuenta de la posteridad (y también de la anterioridad). Analizándolo más detenidamente, somos aquí en España más mediotontos que en Grecia, porque además del despilfarro, el fraude y los cortijos de los señoritos, encima, digo, pagamos impuestos.

    Un abrazo.

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  9. Los Descendientes de los Antiguos Griegos, no están en la grecia actual, hay una web que los esta reuniendo a todo www.culturagriega.org , esta civilización tiene 10.000 años, los egypcios le decían Atlantes, y los Romanos los llamaban Griegos, pero siempre fueron Helenos.

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Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...