domingo, 7 de marzo de 2010

Fraude

«Si me permitís parafrasear a Marx, diré que un espectro se cierne sobre el mundo: el fantasma del fraude. Henos aquí en una sociedad, en un primer mundo que ha crecido a costa de otros pueblos más ingenuos o más débiles. Mirad a vuestro alrededor, asistís al espectáculo de la corrupción política, estatal, a la expoliación salvaje, a especulaciones de bolsa y a grandes desfalcos, guerras, miseria… ¿lo que ocurre?, ¿no lo adivináis? La pobreza se instituye y se crea; las telecomunicaciones y la tecnología han dinamitado todos los límites, abierto los apetitos, y confundido todos los sentidos.

Las ideas de riqueza y libertad penden ajironadas en sus carnes, dejando ver ese hueso de la avaricia que se adorna con donaciones insuficientes, deduciendo impuestos y aumentando el capital. La vanidad celebra su carnaval con el festejo de la pantomima donde la burla y la bufonada suministran estupefacientes de todo tipo a las conciencias adormecidas tan sólo con promesas de cambiar el horror que vemos tal vez algún día. Estáis asistiendo al fraude de las teorías sociopolíticas y económicas de las diez o tal vez quince últimas décadas. ¿Todo en aras de una necesidad estrictamente biológica? ¿Crecer? ¿A qué deberíamos adscribir el hecho de que la mácula de las debilidades del hombre que porta el sistema se haga cada vez más fuerte? No se trata de un juicio ni fácil ni rápido. Si la premisa de la actualidad es la productividad, la pregunta es: ¿para qué producir más a la vista de un mundo que malgasta y despilfarra sus recursos? Todo tiene un precio. Los errores son más comunes que los aciertos, y por ello ¿cómo conseguiríamos orientarnos hacia la luz? Muy bien podría deducirse que desviándonos de la trayectoria de nuestros errores, ¿no creéis…?

No conservaréis ningún orgullo, mi joven generación, si desesperados no lográis ver el fondo de la vida. Ese despertar del razonamiento crítico, insustituible y necesario para no perder de vista el porqué, el qué, y el cómo de las ciencias con su vieja lección de humanidades que constituye la esencia de la enseñanza en la Universidad, os propone el estudio más a fondo de estas cuestiones que todos debemos dirimir porque también hoy se hace historia, y no se debe considerar a ésta un ramal muerto que dé sombra al pasado. La historia está viva, vive con todos los tiempos, con todos nosotros…

Vosotros sois historiadores en ciernes. Os corresponde la tarea de conocer la historia, de estudiarla, de analizarla, de comprenderla, de vivirla… y aun así, seréis muy pocos los que alcancéis realmente a entender qué es la Historia, porque tanto vosotros como ella estaréis ocultos tras un velo de desinformación, de falsas verdades, de doctrinas sectaristas, xenófobas, nacionalistas, radicales, excluyentes, destructivas. Y si vosotros no lo hacéis, si no podéis o no queréis aprender, cómo podrán los demás, los que de la historia sólo conocen la fecha del descubrimiento de América y los nombres de Napoleón y Julio César, y además carecen de la curiosidad necesaria que les lleve a indagar, educar con esta ciencia.

Os he dicho que ha llegado el tiempo de pagar por tanto bienestar. Y el precio es éste, la conclusión de un ciclo, el fin de una época..., la crisis, en suma. Una crisis en todos los órdenes de la vida, una crisis que deriva de una gran mentira en la que nos hacen creer para que sigamos siendo felices y continuemos nuestra tarea como minúsculas ruedecillas de esta tremenda cadena que llamamos sistema, y que sólo, exclusivamente, se mueve por constricción económica.

El mundo está sufriendo un profundo proceso de cambios. Eso lo podéis percibir sin que os lo digan (...). Pues bien, lo que sucede no es más que el fin de un periodo de la historia: se está cerrando un ciclo económico mundial. Podríamos decir que este ciclo comenzó hace unos sesenta años, justo cuando acabó la Segunda Guerra Mundial. En ese momento las potencias europeas planificaron un modelo de desarrollo amparado en un alto grado de protección de los derechos individuales y colectivos de los ciudadanos, aboliendo el obsoleto concepto de súbditos. Bien es verdad que los Estados Unidos tuvieron un papel preponderante, sobre todo por la inyección de dólares que supuso su Plan Marshall, que, como sabéis, fue el protocolo necesario para la reconstrucción de una Europa arrasada y en la miseria.

No obstante, el modelo que siguieron los países democráticos europeos difirieron sustancialmente del que se aplicaba en los Estados Unidos, ya que aquí el liberalismo era y es la seña de identidad, con una prácticamente nula intervención del Estado en asuntos sociales o económicos. En Europa, en cambio, los estados asumieron un papel proteccionista en estos mismos asuntos, de suerte que se configuró un completo sistema de garantías y prestaciones sociales, laborales, sanitarias y asistenciales. Ahora bien, el continuo crecimiento económico de los países desarrollados y el consiguiente bienestar de sus ciudadanos no se consigue sin más, de manera gratuita, sino que presenta, en mi opinión, una doble factura: por un lado, la que pagamos nosotros mismos, sometiéndonos cada vez más al imperio de la necesidad inventada, es decir, al consumismo; por otro lado, la que paga el Tercer Mundo, amplio almacén de mano de obra casi regalada para las compañías multinacionales transoceánicas capitalistas que todos conocemos. Estas multinacionales han encontrado desde hace años un filón inagotable de ingresos cuando empezaron a desmantelar sus instalaciones de los países occidentales y se establecieron en los más subdesarrollados con el beneplácito de sus gobiernos».

Extractado de la novela del autor Treinta y dos días de octubre.

4 comentarios:

  1. Estoy convencido de que tienes razón en lo de predecir el final de un ciclo de la historia. No sé cuánto tiempo durará pero ya se apuntan tendencias que llevan a pensar que Europa, USA y el mundo occidental han llegado exánimes tras varios siglos de predominio en el mundo. Nuestro desarrollo y bienestar ha tenido que ver sin duda con la pobreza y explotación de culturas más inocentes y desprotegidas. Pero eso se ha acabado porque el que más y el que menos ha perdido la inocencia por mor de la globalización. Hoy se sabe todo en cualquier parte del mundo. Nunca se ha sido tan consciente del mundo en que vivimos como ahora. Las víctimas se preparan para el resarcimiento de las humillaciones sufridas o de su falta de modernización. Preveo un lento declive de Occidente por agotamiento pero no tengo demasiada confianza en el mundo que vendrá después. Hasta ahora había un orden -que nos beneficiaba, está claro- pero luego ¿qué nueva organización o desorganización vendrá? ¿Cómo será la transición en nuestro mundo? ¿Qué estremecimientos vendrán? Vi una película terrorífica titulada Hijos de los hombres del director mejicano Alfonso Cuaron. Recrea un mundo militarizado en ciudades arrasadas en que se confina a los inmigrantes que se rebelan. Si no la has visto, te la recomiendo. Es uno de los filmes más esclarecedores que he visto en los últimos años. Espero que no sea demasiado profético.

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  2. Extraordinaria película que he visto dos veces. Realmente no es ciencia ficción, es algo que puede suceder en cualquier momento, de hecho creo que ya está sucediendo en algunos países sin que seamos capaces de comprenderlo siquiera. Más que profética, Joselu, es rabiosa actualidad a la que nos enfrentaremos en breve en un mundo que seguirá dominado por los mismos. Sólo cambia el paisaje de fondo...

    Un abrazo.

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  3. Gracias por colocar un enlace de mi blog. Añadí el tuyo entre mis vínculos.

    Un saludo cordial.

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  4. No se merecen, Francisco. Procuro, despacio, ir añadiendo enlaces a los sitios que me parecen interesantes, pero la tarea es inagotable...

    Un abrazo.

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Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...