domingo, 4 de julio de 2010

El arco romano de Medinaceli

En el curso alto del río Jalón, en la zona sureste de la provincia de Soria, se localiza Medinaceli sobre las ruinas de la ciudad antigua de Ocilis, que sirvió de base a las legiones romanas durante las Guerras Celtibéricas de mediados del siglo I a.C. Pocos son los vestigios de época romana que en ella se conservan, destacando un precioso mosaico figurado datado en el Bajo Imperio y, sobre todo, su famoso arco.

Este arco es el único formado por tres vanos que se conoce en Hispania. Construido con piedra granítica, no es de un tamaño excesivamente grande, pues mide 13,10 metros de ancho por 8,50 de alto y 2,10 de profundidad. La estructura general del arco se asienta sobre dos pilones que se hallan perforados por dos arcos menores, que junto al arco central de casi 5 metros de luz forman los tres vanos mencionados. Sobre ambos arquillos una imposta señala el paso al cuerpo superior del arco, flanqueado por dos nichos poco profundos rematados por frontones triangulares y enmarcados por pilastras de orden jónico. Un aspecto notorio en el conjunto integrado por el arco de Medinaceli es la existencia, en el cuerpo superior, de pilastras de orden corintio reforzando los sillares de las esquinas. Una imposta cierra este cuerpo dando paso al entablamento, rematado por una cornisa denticular.

Se trata, a todas luces, de un arco de tosca factura y sobria ornamentación, resaltando sin embargo el gran vano central sobre los dos laterales de mucha menor entidad. Pese a sus paralelos con arcos localizados en Oriente Próximo (Palmira y Petra) o norte de África (Timgad), fechados en la primera mitad del siglo II d.C., es decir, bajo los reinados de Trajano y Adriano, la peculiaridad de sus pilastras en esquina le pone en relación con el arco de Saintes, en Francia, que data del año 19 d.C. Por otra parte, las características tipológicas descritas le encuadran más bien en época augustea. En el entablamento, además, se aprecian claramente los agujeros realizados para alojar los clavos que sostendrían las letras de bronce de la inscripción, hoy por desgracia desaparecida. Sin embargo, estas letras podrían corresponder a la frase L. Caesar Augusti f. augur, es decir, estaría identificando a Lucio y Gayo, los nietos de Augusto, por lo que la fecha del arco se situaría en los inicios de la Era cristiana.

Respecto a la funcionalidad del arco de Medinaceli, seguramente fuera la de servir de mojón o hito fronterizo para delimitar la separación entre dos territorios administrativamente diferenciados, como sucede con los arcos de Bará y Cabanes. En su caso concreto, y dado la zona geográfica en que se localiza, estas unidades territoriales serían los conventos jurídicos Cluniensis y Caesaraugustanus, es decir, aquellos que tendrían como capitales a Clunia (Peñalba de Castro, Burgos) y Caesaraugusta (Zaragoza). Ciertamente, los restos de la ciudad antigua de Ocilis en cuya cercanía se erige este monumento son tan pobres que el arco no puede en realidad ponerse en relación con ella como parte integrante de la estructura urbana. Son escasísimas las referencias a esta ciudad durante los periodos republicano y altoimperial, por lo que no debió de ser en ningún momento un importante centro ciudadano. Por consiguiente el arco carecería de un contexto honorífico, es decir, no habría sido erigido para honrar a ningún emperador.

El hallazgo del mosaico bajoimperial, perteneciente sin duda a una villa romana, nos estaría indicando además que la ciudad probablemente no existiría como tal en esa época tardía sino en forma de un hábitat más difuso que poco o nada tendría de urbano al perderse, como en tantas ciudades de esta época, las características propias de todo municipio, aun cuando en épocas posteriores el núcleo parece recuperarse hasta conformar la actual Medinaceli. Si acaso la vía romana que atraviesa la zona, junto a la función señalada de mojón, explicarían su construcción en esta zona con un claro y marcado carácter como arco territorial.

2 comentarios:

  1. Te había escrito un largo comentario que se ha borrado. Uf. Te decía que no conocía Medinaceli ni el arco al que haces referencia. Conocí Soria capital, algunos pueblos y la Laguna Negra en la sierra. No soy muy entendido en el mundo romano. Apenas me he dedicado a él. Cuando estuve en Roma no vi siquiera el Coliseo romano ni ningún vestigio importante. Vi, eso sí, un museo de arte contemporáneo. En Atenas mi mujer tuvo que llevarme a rastras casi a ver la Acrópolis. Pienso que son elementos demasiado importantes para verlos sin preparación previa que incluye la historia, el arte, la sociología. Prefiero no interesarme por ellos. No puedo opinar mucho, mejor dicho nada, sobre lo que expones. Recibe un cordial saludo.

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  2. Con demasiada frecuencia leo capítulos de la historia redactados sin el más mínimo rigor, presentando un claro perfil diletante que incomoda a quienes consideran la historia como algo más que un entretenimiento para charlas de sobremesa. Dislates, anacronismos, tópicos, rumores e infundios bombardean las tertulias y la propia red, sin que el lector que busca información fidedigna pueda asirse a cosa alguna en medio de tal marea de presuntuosos o ignorantes que, sólo por haber visto una película de romanos, se consideran en posesión de los conocimientos necesarios para dar lecciones de historia antigua. ¿Acaso alguien, por haber visto un capítulo, o cien, de "Urgencias" o "House" se cree capacitado para diagnosticar enfermedades?

    No pretendía aburrirte ni abrumarte, Joselu. Agradezco infinitamente tu comentario y el reconocimiento que haces acerca de tu falta de preparación sobre esta, realmente, ardua materia. Descubrirnos ante los demás para manifestar nuestra ignorancia nos honra. Sólo así podemos aprender. No estamos obligados a saber de todo, ni siquiera por la profesión que tenemos. Sin embargo, hay quienes, sin oficio alguno, manifiestan espeluznantemente sus opiniones, que no sus criterios.

    He iniciado con esta entrada una nueva etiqueta dedicada a la Historia, para poner al alcance de todos cuantos se acerquen a estas páginas aspectos de nuestro pasado que pueden resultar interesantes. Lo hago, creo, de una forma clara y sencilla, pero al mismo tiempo rigurosa, para que sea comprensible por quienes carezcan de los conocimientos propios de esta disciplina en que me formé. Aunque mi área específica es la Historia de la Antigüedad, no por ello renuncio a otras épocas de nuestro pasado, tan importantes y seductoras, o más, que Grecia y Roma.

    Gracias de nuevo.

    Un abrazo.

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Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...