lunes, 9 de mayo de 2011

El hombre del saco (y el de la saca)

Queridos amigos, blogueros noctámbulos, lectores todos:

El hombre del saco, también conocido como Sacamantecas, el Coco y otros muchos localismos, es un tópico del folclore popular al que muy pocos han podido sustraerse, da igual la clase o grupo social al que se pertenezca. A través de generaciones ha sido capaz de penetrar el ideario colectivo para integrarse en el acervo común. Cumplía, además, una misión esencial en cualquier época y circunstancia: mantener a los niños a raya.

Pero hoy, cuando a los churumbeles no les da miedo nada, salvo, quizá, que no les hagan ni puto caso, el hombre del saco ha perdido eficacia y vigencia, y ha venido a suplantar su otrora agradecida identidad un nuevo espécimen, que prolifera en las miasmas del sistema político-económico-financiero para desgracia de todos y penitencia de algunos: es el hombre de la saca, portentoso sujeto que, a diferencia del otro, mete miedo de verdad.

A modo de guía rápida, me he permitido señalar algunas diferencias entre ambos, aun a sabiendas de que ni son todas ni, quizá, las principales, pero uno tiene sus diletantes limitaciones, y siendo aprendiz de todo, se es maestro de nada.


El hombre del saco es un sueño, una ilusión, no existe
El de la saca es nuestra peor pesadilla
El hombre del saco se usaba para asustar a los niños
El de la saca asusta a los adultos
El hombre del saco metía en su saco a los niños malos
El de la saca mete en su saca todos los billetes buenos
El hombre del saco no nos daba por el saco
El de la saca sí
El hombre del saco rondaba los alrededores de los pueblos y dormía donde podía
El de la saca no duerme: vigila
El hombre del saco solía salir al anochecer
El de la saca no teme mostrarse a cualquier hora

6 comentarios:

  1. Te dejo un enlace a un vídeo que hoy he pasado a mis alumnos. Se titula Runaway y tiene como protagonista a un tren muy especial. Tiene tres vagones y va a velocidad desbocada. No conozco la ideología del director o guionista pero creo que en esencia refleja lo mismo que has expresado en tu post sobre el hombre de la saca. El vídeo tiene humor muy negro. Te lo dejo a ver qué te parece, y si coincides conmigo en la interpretación. RUNAWAY. Saludos.

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  2. Has definido muy bien al especímen político, económico, especular financiero.

    Dispuestas las definiciones en forma de tabla, los especuladores, los putos brokers, los expertos en business y los banqueros lo endenderán muy bien.
    Salud
    Francesc Cornadó

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  3. Aquí en Cataluña tenemos un Osácar, extesorero de CiU, que ya llevaba la saca puesta incluso en el apellido... Fue socio fundador de Natur System y ya se ve que considera eso de apropiarse de lo ajeno -está implicado en la trama del Palau, Millet y cmpañia- algo natural, flor espontanea de la ambición humana. Ahora está psicoestéticamente apartado de CiU, pero Mas acaba de contratar a su hija para menesteres de la campañaa electoral, en la que ya se sabe que se mueven dineros limpios y sucios casi a partes iguales. El hombre de la saca es el peón de brega de los famosos Mercados, cuyo dios se representa, en efecto, como un saco sin fondo...

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  4. ¡Más madera...!, que decía el siempre incomprendido Groucho, en quien los más solamente veían la caricatura mas nunca la alegoría. En efecto, Joselu, podemos coincidir en la interpretación. No nos percatamos bien (ni ricos ni pobres) de que todos compartimos la misma cáscara espacial. No alcanzamos a ver la finitud de las cosas, y (mal)obramos en consecuencia. En fin, quiero pensar que algún día espabilaremos.

    Un abrazo.

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  5. Lo entienden, lo entienden, Francesc. Quienes no lo entienden, y eso también lo saben los de la chistera, son los restantes habitantes del mundo, más preocupados en malvender su fuerza de trabajo, sus ideas y su vida entera. Ahora bien, el premio a tanta alienación es plenamente digno: sobrevivir.

    Un abrazo.

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  6. Hay muchas sacas a lo largo del mundo, Juan, y por estos predios tenemos también las nuestras -¿o mejor sería decir, en aras del comunismo internacional, las de todos?-, que no son mancas. Sacos y sacas, sacar sin meter, dilema imposible pero, ¡milagro!, increíblemente resuelto por esos seres excepcionales. Cansado ya de personalizar excesos, abusos y simonías, me conformo con divagar y teorizar, a veces con acierto, a veces sin gracia.

    Un abrazo.

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Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...