viernes, 9 de agosto de 2013

Hastiado estío

Ahora que nadie nos ve, ahora, es el momento de largar lo que uno sabe, o lo que uno cree, aunque no haya nada que saber, nada que creer, y, por supuesto, nada que decir. Porque enmudecen las cigarras, a pesar del calor. Anda la peña de vacaciones, sin playa ni nada, sin paella en el chiringuito, sin gratis… incluso sin suegra, pero de vacaciones.

Puede que, como digo, nadie tenga nada que decir. O, teniéndolo, no quiera decirlo. O que, sencillamente, no quiera decir que no tiene nada que decir, para que así no se den cuanta, los allegados, de su silencio clamoroso. En fin, que cada uno haga de su capa un sayo, si quiere, y si no, no. Se nota que es verano, que hace calor (poco) y que no hay nada que hacer, ni decir, ni nada, porque solo nos enteramos de las cosas que no suceden, es decir, las que se inventa la especie protegida que tenemos en España, o sea, los políticos, cuanto más cerca del Gobierno, mejor. Pero los otros también. Viene a ser lo mismo de todos los veranos, solo que éste, verbigracia la democracia parcial que gozamos, se nos aumenta con la gallega manera.

Bueno, que me asomé por casualidad a ver si había alguien, pero ya veo que no, de modo que a otra cosa, cada mochuelo a su olivo y eso. ¿Se han dado cuenta de que aproximadamente el 70% de los blogs que tengo enlazados desde este mío que lo es tienen claros síntomas de estar moribundos o se han muerto directamente? Vaya puntería. Parezco enterrador… No quiero decir con ello que uno sea gafe, ni foco de atención de nada, faltaría más. Pero es así. Las malditas estadísticas, que son números. Solo números. Aunque algo tendrá que ver el verano. Y el calor. Digo yo…


4 comentarios:

  1. Sería conveniente saber qué carencias cubrían esos blogs moribundos o fallecidos, qué cuota de exhibicionismo querían satisfacer o qué diablo de la vanidad les empujó a abrirlos. Respecto del mío lo tengo claroscuro: quiero que me lean cuantos más mejor y, sin embargo, no invierto ni media hora en ampliar el radio de lectores. Lo de que "las obras se defienden a sí mismas" se me metió muy dentro al poco de empezar a escribir, y ahí sigo. Si algo de valor hay en lo que escribo, habrá de manifestarse. Si no, tiempo habrá para reconocerlo y hacerse al lado. De momento, Javier, aunque sea verano, ferragosto italiano del que yo vengo, sigue habiendo quien tiene también metido dentro el virus de la lectura, porque sin éste no hay aquel de la escritura, está claro.
    Que las sombras te sean benéficas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ah, Juan, qué valiente eres..., con este calor! Es una actitud tremenda la de esperar recibiendo..., me recuerda a la no acción taoísta..., y por cierto que uno mismo la practica en toda su extensión y literalidad; lo malo es que sirve de poco o nada. ¿Quién no desea la miel del triunfo desde un discretísimo anonimato? Puesto que nada aprendí de cuanto me trataron de enseñar, esa lección tampoco, por más que la promulgue a los cuatro vientos.

      ¿Qué nos induce a escribir? En muchos casos, ya no me cabe duda, el aliento que insufló la creatividad bloguera no fue otro distinto que la gratuidad y cierta simplicidad mecanicista: pulse aquí y ya puede empezar a escribir su blog. Luego, cuando se acaba esa chispa inicial, cuando hay que repostar combustible, nos damos cuenta de que en la mayor parte de los casos no se trata sino de escritores de usar y tirar... Quienes aún nos mantenemos en candelero, no sin sufrimiento, tesón y trabajo rutinario, pese a todo flaqueamos, unos por temporadas, otros por carencias naturales de entendimiento, otros por desgracias sobrevenidas, otros... ¡qué se yo! ¿Quién soy yo para decir nada?

      De todas formas, me permitirás que de ti sí pueda decir que sí, que no es tan grande el elenco para permitirse prescindir de los mejores, no siempre visibles, no comúnmente aceptados, pero existentes como la nada misma, de la que venimos y hacia la que naturalmente nos dirigimos, dejando el humo como todo rastro de nuestro paso. ¿Sabrán los indios de hoy seguir esa pista?

      Un abrazo

      Eliminar
  2. Sí, Javier. Este calor parece que nos tiene a todos aplatanados, pero yo creo que la cosa es más profunda, estamos todos bastante asqueados con este panorama de mentiras, de corrupción y de políticos sin ideas. La mala calidad de la política y del entorno social lo invade todo, hay mala calidad en las relaciones sociales, en la información, en la creatividad, y en la comida. Creo que exagero si digo que "se te quitan las ganas de vivir" pero no creo exagerar si digo que, ante este panorama, "se te quitan las ganas de hablar o de comunicarte" No sé si lo que pretenden es que nos quedemos calladitos, pero a fe que lo están consiguiendo. Yo mismo he parado 'temporalmente' mi actividad bloguera, prometo que volveré, pero de momento estoy emborronando muchos papeles.
    Salud

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tendré que coincidir contigo, Francesc: se te quitan las ganas... No obstante, aquí estamos, entablando un diálogo, una comunicación, un intercambio de palabras, quizá de ideas, que son más peligrosas que aquéllas, porque, por mucho que la boca diga una cosa, es la mano, razón de la mente, la que manda..., y ya sabes el refrán... Y aquí estoy, sombra, fantasma o vulgar especimen de escasa representación... castigado a escribir, aunque no sea nada.

      Un abrazo.

      Eliminar

Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...