martes, 6 de agosto de 2013

Libertad

Siempre has llorado
a un ángel desterrado
exiliado de la humanidad.
Frente a tus ojos
estoy.
He vuelto
por mis pasos
de oscuridad,
de retorno a la luz.
He vuelto
para ser amada.
Caída desangelación
que comulgó en labios
impuros,
es hoy júbilo y gracia
en los sueños que extrañas.
Estremecida en la frente
de este vasto universo
como luz lapidada
por el viento
fui en las olas
levantada.
Aventé tu redención
desde un cielo ingrave
sepultada.
Siempre quisiste,
suplicaste, un seno
donde morir dulcemente
de gozo desconocido y anhelante
para castigar
el dolor
que desmintiese
la vida que llevaste.
Y ahora,
cuando cruzas
esa pena de amor
sin arrastrarte,
se esconden y huyen
a otros
las quejas
de toda una existencia.
Entras en mi paz.

Y. M. S.


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Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...