sábado, 21 de septiembre de 2013

Osadía

Creedme si os digo que soy pobre.
Es literalmente así.

6 comentarios:

  1. Javier, hay tantas maneras de ser pobre como de no serlo.
    Hay un libro de Jaime Vándor, "Los ricos de espíritu" sobre los tenidos por "pobres de espíritu" que es un auténtica delicia hermenéutica.
    En todo caso, espero que no lo seas de solemnidad.

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    1. Me temo, Juan, que lo soy de todas esas maneras que dices que hay, aunque sean muchas, incluida la última...

      Sobre la riqueza, de deudas -también de todo tipo- tengo la hucha llena.

      Un abrazo

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    2. Pero habrá posibilidad de refinanciarlas..., ¿o no? Desde aquí te inyecto todo el capital moral del que dispongo, que es muchísimo; y, en privado, hablamos del resto.

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    3. Te lo agradecería en el alma, Juan, si alma tuviera. Como no es el caso, de todo corazón me declaro desde este mismo instante en deuda contigo. Dirán los malpensados que qué lo mismo me da, una más o menos, insolvente como soy; pero estas deudas no dinerarias las paga el escribidor siempre, con sangre, si es preciso, aunque sea la suya...

      No es sino gracias a este sustento moral que puede uno seguir adelante, pues ya decidí plantarme en lo tocante a aceptar préstamos en efectivo, caudal que se va continuamente por el mismo sumidero sin que aproveche apenas al deudor; ni, por descontado, al fiador, tan tremendo es el agujero abierto. Creo que la bancarrota sería aún leve castigo a tanta soberbia...

      Un abrazo agradecido

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  2. Javier, ya sabes que anhelo el materialismo, la vulgaridad y la técnica, pero apelando a mis contradicciones puedo echar mano a mi capital moral y de ánimo, ciertamente poco puedo ofrecerte, pero ya sabes que puedes contar conmigo. Te deseo de todo corazón que superes el bache, a sabiendas que al paso que vamos, todos, tarde o temprano, caeremos en el mismo pues el hoyo es cada vez más grande.

    Salud

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    1. De todo corazón te lo agradezco, Francesc, que así vamos sobreviviendo, gracias al aliento de [pocos pero] buenos amigos. Más que dinero en sí, necesitaría(mos) que las cosas no costaran lo que no valen, que el patrón-valor fuera no el dólar, ni el oro, ni el petróleo, ni la ambición, ni la usura... sino el trabajo, que es realmente lo que mueve el mundo. Hasta el Papa lo ha dicho, que hay que ver, ateo y todo, tengo que comulgar con él... me da que no durará mucho.

      Quitaremos hierro al asunto, porque, total, no son más que cosas que te pasan en la vida, pero no la vida en sí. Ya sabes la historia: "Dicen de un sabio que un día...". Cambiemos sabio por pobre, y quedará más aparente y además circunscrito al caso concreto. Pobre pobre, que solo tiene su pobreza...

      Gracias y un fuerte abrazo

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Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...