lunes, 6 de enero de 2014

Historia de los muertos

Permítanme que les presente un relato que podrán seguir, si así lo desean, y a partir de este mismo momento, en la nueva tarea que el escribidor se ha impuesto desde hoy, que no es fecha señalada por concluir un año y comenzar otro, sino por simple devenir de las cosas. Como no tengo agente, ni editor, ni la calidad o el dinero necesarios para contar con ellos, tengo el atrevimiento de presentar el asunto yo mismo, por lo cual les pido humildemente disculpas.

No desconozco lo arduo del medio fondo y la resistencia, pues ya cuento con alguna que otra obra en ese sentido; pero se trata de trabajos científicos realizados en campos propios de la investigación histórica, de escaso interés para el lego y nula utilidad si uno solo busca entretenerse con algo ameno y ligero. Para esto cumplen mejor misión cuentos y relatos de pequeño recorrido, una parte de los cuales puede el lector hojear en este cuaderno de Caín. Ahora, en cambio, llegó el momento de desarrollar una nueva aventura, plasmando en letras algunas ideas, vesanias e inquietudes de juventud que, paradójicamente, encuentran acomodo en la edad madura, cuando la palabra ya parece agotada y el verbo no fluye con asiduidad…

No es mi intención, por supuesto, aburrir al lector, y sé que el tema sobre el que se desarrolla el intento de novela que aquí presento es probablemente, a ojos de muchos, banal. No se trata tampoco de oportunismo al calor de las tendencias que actualmente arrasan en las audiencias, ya que la idea siempre estuvo en mi ánimo aunque nunca fue plasmada, o no de forma tan sistemática, metódica y continuada como ahora pretendo. Pero, de todas formas, como mi intención, esa que digo, no es otra que desahogarme y al mismo tiempo entretener a ociosos, aquí les dejo con este amago novelesco del que nada espero, si acaso que Fortuna me recompense con una pequeña sonrisa.

Esta Historia de los muertos que a continuación comienza no es una novela de terror, no es literatura…, solo es una historia triste, una historia de muertos, acaso una historia imaginaria –pero no por ello menos real, que nos sucede a todos a diario aunque no lo veamos así. Pero, insisto, solo es un entretenimiento. Su formato será por entregas, al modo de los folletines decimonónicos. Así, con la regularidad que me permita la vida de estos muertos, iré desgranando cada vez unas pocas páginas del relato que tengo entre manos, hasta que, pasados unos meses –ya les amenazo con ello, pues es una narración larga, larga...–, pueda poner, con su ayuda, la palabra FIN.


En el panel derecho de la pantalla, en el apartado «Otros blogs del autor», hay un enlace al cuaderno de los muertos; o, si lo prefieren, pueden acceder desde aquí mismo. Muchas gracias a todos por su futura paciencia, y espero que disfruten tanto de esta historia leyéndola como yo escribiéndola.

4 comentarios:

  1. Como lector que padece de "moscas volantes", el mayor de los tormentos para un "intelector", subscribiría una petición para deshacer las tinieblas que envuelven el texto y que tan propias son para la historia, pero amo sobre todas las cosas leer sin tropiezos ni veladuras, salvo los del estilo, claro. De momento comienza como una película, lo cual no juzgo que sea bueno ni malo, pero ya veremos si la narración está demasiado influida o no por el lenguaje cinematográfico. Aún es pronto para empezar a juzgar.
    Sigamos leyendo, a ver la derrota que sigue la historia...

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    1. Acerca de las moscas, ya anotamos posibles soluciones, a ver qué tal... La teatralidad de la narración no puede dejar de recibir influencias de todo tipo, porque no partimos nunca de cero. Aun así, tratamos de mantener una línea de equilibrio que fije el rumbo. Que lo consigamos o no, habrá que verlo...

      Un abrazo

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  2. Respuestas
    1. Me alegra leer eso, Oki.
      Intentaremos seguir entretenidos.

      Un abrazo

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Sepan quantos esta carta vieren: conçejos, justiçias, regidores, caualleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos, como porque la principal cosa a que yo vine a estas partes no es acabada, e pues como estamos pobres e menesterosos, e faltos de seso e entendimiento, e porque lugar es este en que han de façer por grand voluntad la merçed los que agora son e de aquí adelante nos den su opinion...