Melaza de chocolate
resbalando por la pared
desconchada, sobre las grietas
sinuosas de su tiempo.
Las manos colgadas
del inconsciente,
salvando el rastrillo.
El aire transporta
briznas de fuego,
que abrasan las pupilas.
La mirada aérea
sobre el empedrado humano
de brazos que tratan
de asirse al cielo.
Globalidad inerte.
Sangran los sueños.
Se hunde tu acero
en la carne de mi espalda.
Y. M. S.
Sucesión de imágenes irracionales que se enhebran al parecer arbitrariamente para desembocar en una imagen que parece taurina y que expresa el dolor del desamor. ¡Cuán agudo es dejar de ser amado!
ResponderEliminarEl poema tiene imágenes afortunadas y se deja leer bien. Un cordial saludo.