Dice la vieja canción:
Dinero...
dinero,
el dinero
hace girar el mundo
...que el
mundo gire
...que el
mundo gire.
El dinero
hace girar el mundo
Se hace girar al mundo.
¿Cómo funciona un banco sin dinero? Pongamos que
usted, que es listo y enterado, logra persuadir
a su círculo más íntimo, es decir, familiares –incluidos cuñados– y amigos,
para que le confíen una cierta cantidad de dinero con objeto de rentabilizarlo
debidamente. No hace falta que se trate de mucho dinero, ni tampoco que sean
muchas personas: con unos 50 pringaos a 6.000 € por barba habría suficiente
para empezar. Les promete usted una rentabilidad que no lograrían en ninguna
parte ni en sueños, y comienza a dársela efectivamente con cargo a sus propios
depósitos. Pero, para no agotarlos sin más, es preciso poner el capital a
funcionar: ¡enhorabuena y bienvenido al circuito capitalista! Invierte en deuda
garantizada, luego en bonos de riesgo, después en operaciones financieras de
dudosa legitimidad amparadas por leyes de dudosos países.
Al poco el negocio se expande, da de comer a más
gente, se organiza una estructura administrativa con directivos, secretarias,
sedes oficiales, coches, viajes, agentes comerciales que consiguen captar
nuevos clientes que a su vez realizan aportaciones. Usted comienza a
diversificar más y más las inversiones, se le hace la boca agua con las
perspectivas, el mundo es tan pequeño y hay tanto donde meter la mano…
Es la estructura piramidal de marras, pero revestida
de ínfulas legales. A la postre, el resultado es el mismo: mientras no se
descubre el pastel, todos reciben su parte en una suerte de retroalimentación;
pero, levantada la liebre por circunstancias del mercado, la mayor parte de
quienes alegremente participaban en el festín ven evaporarse los suculentos
manjares, incluido el montante total de sus ahorros, y solo quienes
permanecieron en la cúspide –es decir, usted, que para eso tuvo la idea y montó
el tinglado–, pueden poner pies en polvorosa con los maletines desbordando
billetes.
Este y no otro es el funcionamiento no solo de los
fraudulentos negocios levantados de la nada, sino del propio sistema
financiero, del empresarial y del Sistema en sí, desde el nacional al europeo
y mundial en definitiva, concebido para mantener engañadas a las masas a cambio
de unas monedas. El desarrollo educativo de cualquier país, tan necesario para
abortar la iniquidad, jamás llega a consolidarse precisamente por imposición y
aparente lucha de poder de cualquier signo político: mejor simples y dóciles
que concienciados y peligrosos.
Y ahora, después de tan extraordinaria lección de
economía barriobajera, pregunto: ¿por qué un hombre le abre la puerta del coche
a otro?, ¿por qué los reyes tienen lacayos?, ¿por qué alguien tiene que limpiar
la mierda de otros a título particular, es decir, sin que medie cualquier tipo
de servicio social? Si no sabe contestar no se aflija, porque este escribidor
sabe la respuesta, no en vano formuló la pregunta y juega con ventaja: por DINERO.
¿Qué es más que usted el presidente de un banco, o un
ministro, o un militar con medallas? ¿Tampoco sabe la respuesta? De nuevo, el
escribidor al rescate: NADA. Solo es
otro hombre, como usted, como tantos, como todos, pero con un grado de responsabilidad
que le hace merecedor, en principio, de despacho, coche oficial, secretarias y
una buena paga. Lo malo de todo esto es que raramente el tal individuo es digno
de tantas prebendas, pues desgraciadamente su conducta, sus acciones y sus
limitaciones y carencias a la hora de gestionar y solucionar los asuntos que se
le encomendaron, bien por confianza bien por designación democrática, no son ni
eficientes ni eficaces, cuando no claramente reprobables, incluso despreciables
y hasta delictivas, como estamos ya hartos de ver.
Pues que formamos masa, queridos y pacientes lectores,
que es como decir rebaño, precisamos pastores, pero no son estos por ventura
quienes deberían llevarnos al redil. Todo grupo humano, sea de estructura
tribal o societaria, por convención o imposición, necesita líderes, jefes que
sepan conducirlos a mejores tierras, que cumplan las expectativas, que afronten
los peligros con sentido común y arrojo, que den lo mejor de sí para los demás.
En vez de eso tenemos peleles, títeres descabezados que abren y cierran la boca
sin decir nada, sin reaccionar ante los estacazos, pero precisamente por esto
su peligrosidad es extrema.
Si Europa exige medidas drásticas y aplaude las que
nos imponen estos testaferros que tenemos en el gobierno –con minúscula–, entonces
tengo que colegir que esta Europa de los mercaderes no es buena para nosotros:
ni fronteras ni banderas, y si no, a las armas, a las barricadas, porque ahora
que ETA parece por fin desaparecer, quizá haya que crear OTA (y que cada uno
elija el desarrollo que más le guste para las siglas).
Sed sensatos, nos recomendaban, pero, a
este paso, perderemos la vida por no perder la cabeza. Lástima que al final, como
siempre, todo siga igual, como decía Serrat en la versión no censurada:
Y con la
resaca a cuestas
vuelve
el pobre a su pobreza,
vuelve
el rico a su riqueza
y el
señor cura a sus misas.
Se
despertó el bien y el mal
la zorra
pobre al portal
la zorra
rica al rosal
y el
avaro a las divisas.
El sistema de organización empresarial que has propuesto, para la creación de un banco, es muy claro, seguro que figura en el Manual del perfecto Estafador. Naturalmente este manual tiene el Nihil Obstat del poder y de sus lacayos del gobierno.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
¡Ah, Francesc, es que si cualquiera de nosotros careciera de los escrúpulos necesarios que nos inhabilitaran para convertirnos en semejantes emprendedores, estos chorizos deberían pensar en otro negocio!
EliminarUn abrazo.
Ese caso piramidal lo soluciona la educación. ¿Ha advertido que las preferentes se las ofrecían a analfabetos funcionales? La educación no incluye exclusivamente saberes objetivos, sino sólidos principios morales, y por aquí es por donde la sociedad se desmorona..., porque se echa en falta la persona íntegra que no cede al dinero fácil, a la componenda, al chanchullo, y que es capaz de sentirse mejorada cuando la toman por tonta, por "pureta", que se decía antes. De todo esto no hablo a humo de pajas, que soy Secretario y gobierno un presupuesto, modesto, pero dineros ajenos al fin y al cabo. Y tendré pocas convicciones, pero una es inquebrantable: que antes que meter la mano en la caja, me la sajo. Gracias a esta convicción puedo ejercer. Si en algún momento hubiera advertido la más mínima debilidad, me hubiera apresurado a dimitir. Y me siguen recortando... No digo esto para presumir de nada, como bien sabrán quienes me hayan leído, sino porque me parece la actitud normal y corriente que debería presidir nuestras acciones. Todavía me irrita pensar en las reclamaciones de las avariciosas víctimas de Afinsa, que jamás se quejaron de sus cuantiosos dividendos...
ResponderEliminarUno, que es pobre -en breve de solemnidad- y además escribidor malo, ya dimitió en tiempos ante tanta ruindad, agasajos y promesas, escamado por los tufos de podredumbre que emanaban... Seguramente por eso soy pobre, ya dos veces arruinado. Pero no es queja sino constatación; ni es súplica antes que reclamación. El goteo de aberraciones sería incesante, querido Juan, y todas, todas, devienen a la postre de una sola: la estupidez, pues ningún hombre precisa ser culto o creyente para ser honrado, pero la estulticia, ¡ah, ésa!, es madre de mansos y avariciosos por igual, por más que el destino de ambos sea divergente.
EliminarQuien acepta el soborno, de cualquier tipo, incluso estando en juego la vida misma, habrá sentenciado no ya su final como persona honesta, sino como hombre incluso, que no le es dada, ni concedida, la enmienda al traidor, se vista como se vista. Acabo con lo que me dice mi amada y sabia esposa, leído a Octavio Paz: el dinero es la araña, y nosotros, pobres infelices, la mosca.
Un abrazo.
Muy sabia tu esposa Javier, el dinero es la araña. Por dinero se pierde la condición humana...triste espectáculo. A pesar de todo creo aun que una parte de los pueblos, de todos, del único, está cayendo en cuenta que este sistema no funciona. No sé cuántos serán los hombres ni cuándo el momento pero si la naturaleza ha determinado que el hombre finalemnte devenga hombre así será y si la Pachamama ha decidido que este proyecto con una incipiente cortecita cerebral se pierda en el devenir de la historia, en unos cuantos miles de años(milisegundos) el hombre será solamente un recuerdo reverberando en el espacio infinito. La decisión está en nuestrras manos y no nos hemos dado cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por el cumplido, Ana. Sí es sabia, sí (de otro modo no estaría este torpe escribidor a su lado, ¡ja, ja!), aunque olvidé en un primer momento citar la fuente de inspiración -Octavio Paz-, lo que ya corregí.
EliminarEs verdad que muchos nos percatamos de los fallos de este injusto sistema que solamente reparte la miseria -a espuertas, además-, pero dudo de que seamos capaces de enderezar este tronco ya consolidado. ¡Lástima que esa naturaleza a que aludes, que no es sabia ni es nada, se olvidara de poner un tutor a la joven humanidad en sus inicios para que creciera erguida!
Un abrazo.